Christopher Fremantle
Recopilación y Edición de
Lillian Firestone Boal
Traducción: Salvador López L.
“ ... La fuerza de la atención emana de la vida misma y regresa a ésta como una fuerza
creativa y regenerativa.”
SOBRE LA ATENCION II
EN EL UNIVERSO
NO HAY MOVIMIENTO INDEPENDIENTE
En el universo que conocemos no hay movimiento independiente. Toda la vida del
universo es mantenida por la interacción de un cuerpo con otro, desde las partículas
subatómicas hasta las galaxias, de acuerdo con la ley. Las formas de vida son
mantenidas desde el nacimiento hasta la madurez y de ahí a la muerte y
descomposición, mediante un intercambio de energías. Esto es válido a escala viral o a
escala estelar.
El hombre es un esclavo de este movimiento universal. ¿ Puede existir en el hombre
una energía o un movimiento independiente ?
El individuo ha tenido siempre la ilusión de que es libre, pero esa libertad no es suya.
Su vida está agobiada por las fuerza que le rodean: económicas, sociales y políticas y
también por las interiores, como la necesidad de alimento, casa y continuidad de la
especie. En todo esto, que obliga e impulsa al hombre desde que nace hasta que muere,
es difícil encontrar algo que no sea el gigantesco automatismo de la Madre Naturaleza.
Es sólo cuando tomamos en cuenta la antigua idea atribuida a Hermes Trismegistus de
que el hombre, como microcósmos, es la refexión del macrocosmos universal, que
encontramos una apertura hacia la pregunta: ¿ Hay en el hombre, además de las energías
necesarias para el intercambio que sustenta la vida, otras de un nivel más alto, en el que
existe un estado de libertad relativa ?
En su libro En Busca de lo Milagroso, P. D. Ouspensky describe un diagrama que le
dió Gurdjiéff en el que se representa la vida en el universo en escalones ascendentes
integrados por tres formas de vida relacionadas, en una escala de creación que va desde
lo mineral hasta lo más Sagrado. Aquí el hombre aparece como el elemento más alto en
la triada de los vertebrados y el más bajo en la triada siguiente, la angélica. Gurdjiéff
llamaba a éste el “Diagrama de Todo lo Viviente.”
En la escala del universo no puede haber algo totalmente independiente en el hombre.
Viéndolo desde el movimiento ascendente, es un esclavo de las fuerzas de la herencia y
el medio ambiente, obedeciendo a las leyes de la evolución. Enfocándolo desde arriba,
desde la unidad en la diversidad, comparte hasta cierto grado la independencia de esta
creación. Si examinamos nuestra propia experiencia, estaremos inclinados a concluir
que el área en la que aparece la libertad creativa innata del hombre reside
principalmente en el pensamiento y los sentimientos. La existencia en la literatura y el
arte sagrados de un pensamiento y una emoción capaz de propagar su verdad a través de
los siglos, parece sustentar este hallazgo.
Parece probable establecer, mediante el método empírico, que la evolución del hombre
es la evolución hacia la libertad, hacia la universalidad del pensamiento y los
sentimientos y hacia la universalidad de la verdad. Así, debemos ver a la Libertad como
una situación dinámica, más que como un aspecto estático de la vida del hombre.
Estamos inclinados a concluir que la libertad que el hombre busca tan ansiosamente es
la libertad de movimiento de sus energías internas, liberadas de las fuerzas mecánicas
del medio ambiente y transformadas dentro de él, hacia una verdad universal.
A menos que se oriente hacia la conciencia, el estudio de la energía se convierte en un
esfuerzo académico interminable, nunca redimido por una revelación de energía que lo
convertiría en el portador de vida.