miércoles, 24 de marzo de 2010

NUESTRA VIDA CON EL SR. GURDJIEFF

... No sé a ustedes, pero a mí, leer estos documentos me llenan del verdadero sentimiento acerca del trabajo interno que se realiza en la Escuela de Cuarto Camino.


NUESTRA VIDA CON EL SR. GURDJIEFF
THOMAS Y OLGA DE HARTMANN


Por mucho tiempo deseé escribir referente a los años que pasé con el Sr. Gurdjieff, viéndolo
No sólo de vez en cuando, sino viviendo con él día tras día y noche tras noche, desde 1917
hasta 1929. Después de eso, no lo volví a ver, pero él siguió siempre sie
ndo mi Maestro.
No podía escribir; temía que resultara demasiado personal. Ahora me veo obligado a hacerlo,
Especialmente porque de los primeros años de ese período del Trabajo del Sr. Gurdjieff, mi
Esposa y yo, somos unos de los pocos que quedan, y porque todo lo que le concierne, por
pequeño que sea, es de tremendo valor.
Tal vez algunas personas no comprenderán la razón que tengo para escribir, pero eso no
importa; si no se escribe ahora, quedará perdido para siempre.
Pensando especialmente en aquellos que no lo conocieron trataré, tan fielmente como me sea
posible, de hacer un retrato vivido de George Ivanovitch Gurdjieff.
De inmediato surge una dificultad mayor: "¿cómo hacerlo? El comportamiento exterior del
Sr. Gurdjieff era tan diferente en .diferentes oportunidades, dependiendo de la persona concernida
y del nivel en el cual esa persona se hallaba y a cual lado de ella el Sr. Gurdjieff
deseaba acercarse en un momento dado, que parecía como si el Sr. Gurdjieff fuera muy cambiante.
Pero no era así —él permanecía siempre igual— solamente la impresión que él creaba
deliberadamente era diferente.
El Sr. Gurdjieff deseaba —tal vez era esa su tarea más eminente— despertar en el hombre
ordinario "algo", de lo cual es actualmente inconsciente.
La forma como él lo hizo, la podemos comprender solamente a través de su Trabajo, acerca
del cual hablaré luego. Mientras tanto, deseo recalcar el hecho de que en su "divino actuar"
con la gente, el Sr. Gurdjieff siguió persistentemente la misma línea de trabajo desde el
tiempo en que lo conocimos en 1917, aunque siempre la revestía, por así decirlo, diferentemente.
¿Cómo, entonces, puedo describirlo? Me parece que la única solución es no describir
al mismo Georgi Ivanovitch Gurdjieff, sino contar la manera como trabajaba con nosotros, ya
que sólo hablando de nuestras propias experiencias con el, es posible dar alguna idea del
Trabajo de Georgi Ivanovitch, y de la relación de este Trabajo con la humanidad. — Y tal es
el propósito de este relato.
Mirando atrás a nuestra vida con él, poco a poco todo lo que dijo e hizo vuelve a mi mente. Al
juntar estos recuerdos como las partes de un rompecabezas, y ahora a menudo con una
comprensión nueva, sus ideas emergen claramente, una tras otra, hasta que por último todo el
formidable cuadro aparece.
Pero las ideas del Sr. Gurdjieff, cuando son consideradas por personas que no trabajan
activamente sobre sí mismas, son como la verdad expresada por Cristo en las palabras: "La fe
sin las obras es muerta". Creo que la palabra "fe" aquí, debe ser comprendida como algo
racional, no como ciega aceptación. Y en cuanto a la palabra "obras" no se refiere a "buenas
obras" como de costumbre se entiende. Esta palabra tiene más bien el significado de un
Trabajo activo, evolutivo y creador, en relación con ideas. Con el Sr. Gurdjieff todo era
viviente y activo, y sus ideas no podían ser separadas de la vida.
Él mismo es vida, evolución. Él es su Trabajo. Y para mí, sus ideas fueron ilustradas en su
Trabajo con la gente.
Sólo después de todos estos años es cuando empiezo a comprender lo que su Trabajo como un
Todo significaba y qué enorme esfuerzo tuvo que hacer para inculcar en nosotros el germen
de una comprensión nueva y de un nuevo acercamiento a la vida.
Si mi propia interpretación es absolutamente correcta, o no, no lo sé, ni nadie puede saberlo;
pues sólo un hombre del mismo nivel de ser que el Sr. Gurdjieff puede real y completamente
comprender el significado de su Trabajo.
Georgi Ivanovitch ya no está con nosotros, pero su Trabajo con nosotros continúa mientras no
olvidemos sus palabras "Recuerden por qué han venido aquí".




NOTA DEL EDITOR
Cuando Thomas De Harmann conoció al Sr. Gurdjieff en 1917, él era ya un afamado
compositor en San Petersburgo.
Su ballet en cuatro actriz "La Flor Rosada" —su segunda obra para la escena— con Pavova,
Fokine, Nijinsky en la distribución, fue presentado en 1907 en la Ópera en presencia del Zar.
Sus composiciones para voces y piano eran ejecutadas y publicadas.
La guerra le obligó a volver a su regimiento que había dejado con permiso especial del Zar, el
cual había comprendido su deseo de quedar exento del servicio militar. Sin ese permiso él se
hubiera visto obligado a quedarse dos años más.
Su padre murió cuando él tenia nueve años y su madre tuvo que inscribirle en una escuela,
militar, sin darse cuenta de que eso lo obligarla a permanecer diez años en el servicio militar.
Sin embargo, él pudo al mismo tiempo graduarse en el Conservatorio y tomar parte activa en
la vida musical de San Petersburgo.
Nació en la propiedad de sus padres en Ucrania, y recibió de ellos y de profesores privados
una educación sobresaliente.
Manifestó su inclinación para la música a la edad de cuatro años cuando le gustaba expresarse
por medio de improvisaciones musicales. Los cuentos de hadas lo obsesionaron desde la
infancia. De su tío abuelo, Eduardo von Hartmann —quien escribió "La Filosofía de lo
Desconocido"— tal vez heredo el anhelo para, algo desconocido en la vida. Un anhelo que lo
llevó hacia el Sr. Gurdjieff.

EL EDITOR
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